-Esta vez sí será la última-
Roberto lo dijo con la misma convicción y voluntad con que lo había dicho las veces anteriores, y aunque algo en
su interior le intentaba explicar que no se dejaba la droga pegándose un último
viaje, salió a buscar la que sería su ruina; no una ruina metafórica de un ser que se consumía en la
degeneración... bueno sí, esa también, pero
la ruina que le preocupaba en ese momento era la económica.
No le adelantarían más dinero
del salario (era probable que más bien lo echaran) y ya no le quedaba nada que
pudiera empeñar. Sabía muy bien que los pocos billetes arrugados que poseía los necesitaría para comer pero en ese momento debía
calmar un hambre mucho más apremiante.
Tenía justo lo necesario para
una visita al único lugar donde encontraría lo que buscaba, así que se fue
corriendo a los brazos de su dulce veneno.
Sudoroso y agitado llegó a
una puerta destartalada que se abrió antes de tocar.
- ¡My friend!- gritó un negro
musculoso con acento inglés poco creíble.
-Hola Freddy. Quisiera...
-Sé qué es lo que quieres.
Anda, siéntate.
A un negro de ese tamaño es
imposible hacerle una descortesía así que se sentó.
El tal Freddy sacó un porro,
lo encendió, le dio un par de caladas expertas y se lo tendió a Roberto quien decidió
que después de todo la cortesía tenía un límite.
-Gracias pero quisiera cuanto
antes...
-Mira Roberto... Jajaja, no
hagas esa cara, sé tu nombre hace mucho... Mira, sé bien qué quieres. Siempre
vienes a lo mismo.
Tienes gustos caros, amigo.
Más de lo que puedes permitirte a juzgar por tu aspecto. No te ofendas, pero es
así. También sé que has estado empeñando de todo para seguir viniendo y eso me
preocupa.
-Disculpe pero...
-Sí, piensas que no es mi
asunto; pero no eres el primero al que le ocurre y siempre acaban haciendo
alguna estupidez. Así que es mi asunto porque la gente que hace estupideces
acaba llamando la atención de gente que prefiero mantener con los ojos lejos de
mi casa.
Pero me caes bien. Me han
dicho que eres un buen tipo. Todo un caballero...
Mira, es mejor que te vayas y
olvides que este sitio existe.
-Puedo pagar, no se preocupe.
-Tú dinero ya no sirve aquí.
Nunca creí decir esto pero debes irte a otro lugar y buscar opciones más
económicas.
-No lo entiende... no puedo
ir a otro lado.
-Puedes, pero no quieres.
Mira, voy a cerrar este tema de una forma muy generosa: Te regalo una última
visita al paraíso. Esta será tu despedida y lo que hagas después no es mi
problema, pero lo harás lejos de esta casa.
-¡No puede hacerme esto!
-Claro que puedo my friend.
Aprovecha mi arrebato de generosidad y despídete porque mañana la enviaré a
otro prostíbulo lejos de aquí.
Me ha sorprendido mucho ese final. No lo esperaba para nada. ¿Amor? ¿Necesidad? Me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias María. No sé si amor... ¿Obsesión?
EliminarAndaaaaa, cómo me has engañado… ;-) Y eso es de admirar y de agradecer por parte del lector. Me ha gustado mucho, Jhon.
ResponderEliminarUn abrazo
Desgraciadamente te devuelvo ese abrazo con cinco días de atraso.
Eliminar¡Cuántas cosas y tan poco tiempo!!
Jajaja, ostras qué final, mi queridísimo amigo. Me has dejado helada, jaja. Muy bueno Lord, un abrazo enorme
ResponderEliminarJajaja, ostras qué final, mi queridísimo amigo. Me has dejado helada, jaja. Muy bueno Lord, un abrazo enorme
ResponderEliminarMe estoy flagelando ahora mismo por no haber visto tu mensaje hasta ahora querida.
ResponderEliminarUn abrazo.