Hoy entró un señor por la ventana. Nos dijo que éramos
libres y mientras apuntaba nervioso para todos lados con una ametralladora, nos
hacía señas con la cabeza para que saliéramos por donde él entró.
Parece que no sabía que en nuestra comunidad no hay
cerraduras ni candados. Sólo tenía que haber empujado la puerta y le habríamos
dicho que estábamos bien y que somos libres. Simplemente no queremos salir.
Quería saber por qué trabajábamos sin paga y le expliqué que
nos enseñaron que el trabajo es lo que nos perfecciona. Le dije que no
cobrábamos porque el dinero carece de sentido cuando no falta nada. Tenemos comida,
recreación, ropas bonitas; el maestro siempre nos pregunta si necesitamos algo
más y siempre contestamos que somos felices.
Debe ser cierto, porque nadie miente en nuestra comunidad.
Nos preguntó si no queríamos salir a ver el mundo con
nuestros ojos. Le explicamos que lo hemos visto en la televisión, en internet y
en la prensa. Hay guerras, violencia, racismo, desigualdad. Aquí todos somos
iguales, no existen diferencias de ningún tipo y todas las muertes son
naturales.
Él parecía no entender nada. Por alguna razón hablaba a
todos pero me miraba siempre a mí, a los ojos, suplicando, como conformándose
si por lo menos yo lo siguiera. Me preguntó si era libre de amar a quién quisiera y le
dije que sí. Que aún no había hallado el amor pero que un día lo encontraría y
sería mi elección. En nuestra comunidad si hay algo que abunda es el amor.
Hice espacio en mi banca, frente a mi mesa de trabajo, y le
dije que en los brazos del maestro siempre hay cabida para un hermano más. Me
miró a los ojos y ahora era yo la que suplicaba con la mirada.
Arrojó su arma por la ventana y se sentó.
¡Qué bueno pero qué bueno, Jhon! La libertad entre cuatro paredes también es libertad cuando es tu elección quien te mantiene ahí. Me ha encantado :)
ResponderEliminarAcabo de darme cuenta que nunca apareció mi respuesta a tu comentario.
EliminarSiempre es especial tu visita. Unabrazo.
Uno más a la perdición por propia voluntad voluntad "/
ResponderEliminarAún a sabiendas que, como ella, ahí reduciría mucho sus posibilidades de encontrar el amor verdadero; increíble que pierda la esperanza en el mundo de afuera y corra desde dentro el cerrojo de su jaula dorada.
Es verdad Alejandro. A mí ese maestro no me inspira confianza.
EliminarGracias por comentar
Lo he leído varias veces y en cada una, una reflexión nueva. Pocas veces los límites de la Libertad son físicos, sino mentales. Nos creamos tantas necesidades que nos limitan… Y el personaje del libertador que impone su visión… es genial. Enhorabuena, Jhon.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mari. ABrazos para ti.
Eliminarespectacular como escribes, la libertad no solo esta en el mundo externo, si no proviene de nuestro interior, tan solo actuar a lo que nos gusta hacer...felicidades cada día me sorprendes la imaginación con la que escribes.
ResponderEliminarGracias Mónica. Rico verte por aquí.
EliminarSuerte con las actividades.