sábado, 1 de noviembre de 2014

Franky

Debía escribir un relato inspirado en Frankenstein para el grupo de FB "Seamos breves". Aunque medía menos de un folio me parecía un poco extenso con 270 palabras y he decidido subirlo acá para que lo lean bajo su propio riesgo.


Franky

Franky había cobrado vida hacía sólo seis meses pero Víctor ya se sentía un anciano y de hecho había empezado a encanecer.
Llegó dando un portazo, arrojó la mochila al sofá y tomó rumbo a las escaleras.

-Franky, hijo ¿No piensas saludar?
-¡Tú no eres mi padre, Victor! ¡Eres mi creador y te odio!
-No entiendo por qué te cuesta tanto adaptarte a la vida, hijo. No quieres hablarlo conmigo y tampoco con la psicóloga.

La mención a la psicóloga pareció enfurecerlo más.

-¡Idiota! ¿Es que no ves que soy un monstruo?
-¿Monstruo? Pero si me dijiste que querías jugar fútbol y te conseguí las piernas de aquel futbolista tan bueno. Parece que piensas que esas cosas las venden por Ebay.
-¿De qué me sirve el fútbol?
-No sólo el fútbol. Te conseguí las manos de aquel joven artista que...
-¿Sabes lo que hacen los matones del colegio a los artistas?
-Bueno hijo, puedes defenderte. Tienes ese cuerpo musculoso de aquel boxeador y un cerebro de físico nuclear. El rostro era de aquel cantante que gustaba tanto a las chicas. Seguro que todas piensan que eres muy guapo

Ahora Víctor parecía estar llegando al punto. Franky estaba rojo como un tomate. Algo se le estaba atragantando.

-Hay cosas que no tendría que decirlas. Un padre debería saberlas.
-Hijo, puedes decirme lo que quieras. Sólo dime qué necesitas para ser feliz y lo conseguiré.

Franky parecía a punto de explotar y Víctor no pensaba rendirse ahora que se estaba acercando:

-Anda hijo, confía en mí. Cuéntale a papá cuál es tu problema.
-¡Un pene, idiota! ¡No me pusiste pene!


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